Y dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli
Para comenzar esta nueva entrada lo he hecho con un poema precioso de la esctitora
Gioconda Belli, ya que en esta semana hemos tratado el tema del
ecofeminismo en clase. ¿Para qué? pues para ver la influencia que tenemos en los distintos sectores que abarca nuestra sociedad: las instituciones educativas, el trabajo.. así como sus consecuencias.
Para ello se repartieron distintas afirmaciones para que cada grupo buscase sobre ella. A mi grupo le tocó la mujer y el liderazgo, que paso a relatar a continuación.
Resulta difícil, todavía hoy en el año 2008, considerar el liderazgo como algo asociado a la figura del hombre exclusivamente; y aunque ya comienzan a aparecer las primeras mujeres líderes, son éstas una minoría. ¿Por qué ocurre así? Creo que por la diferencia existente entre la forma de ser tan diferente del hombre y la mujer.
El hombre da órdenes, manda, mientras que la mujer trata de motivar a sus empleados, para así sacar lo mejor de ellos. Además generalmente lo hace con la dulzura y amabilidad que le caracteriza, mientras que el hombre es más duro en cuanto a su carácter. Creo que es por esto la discriminación tan grande que existe en las empresas en cuánto al género del líder, buscandose para estas tareas al hombre pensando que éstos llevaran mejor la dirección de la empresa. Por ello desgraciadamente la mujer sigue relegada a trabajos tales como secretaria, recepcionista u otros empleos de menos trascendencia.
Afortunadamente parece que poco a poco los empresarios se están dando cuenta de que lo realmente importante no es el dar órdenes, puesto que esto acaba agotando a los empleados, son pocas aún las mujeres que acceden a puestos altos.
Al respecto del liderazgo, existe una perspectiva andrógina, y esto, inevitablemente, causa un rechazo a esos estilos efectivos que obligan a concebir al líder como masculino, y a juzgar su pertinencia más por el género, que por sus reales capacidades, y de alguna manera, olvidan características personales y habilidades como la inteligencia, la creatividad, la credibilidad o la honradez, que siempre se han relacionado con el liderazgo efectivo, y que, no son patrimonio ni exclusividad del genero masculino, sino más bien lo contrario.
Además hay que señalar las distintas responsabilidades familiares que una mujer tiene como el matrimonio y la crianza de los hijos, y la presencia acuciante de problemas financieros que muchas veces limitan el ingreso de las mujeres a universidades y centros de estudio superiores, frenando y limitando su capacitación y actualización profesional, trayendo como consecuencia un menor número de mujeres incorporadas a los altos niveles ocupacionales.
Resumiendo, estamos ante una nueva concepción de liderazgo, en la que la creatividad y la sensibilidad están presentes en esta forma nueva de liderar, juntamente con los aspectos del respeto y la comunicación.