La universidad tal y como hoy la conocemos es verdad que presenta innumerables ventajas tanto académicas, profesionales como económicas, pero es cierto que presenta una pequeña desventaja que en algunos casos presenta un grave problema: el uso de la tecnología. La universidad debe buscar hoy día cumplir su responsabilidad con la sociedad no sólo garantizando una formación de calidad, ajustada al conocimiento científico, técnico o artístico, sino yendo más allá y asegurando una formación integral que responda a las necesidades sociales de este nuevo siglo XXI. Para esto es de vital importancia el uso que se le de, así como el acceso a las nuevas tecnologías, pues hoy día fuera de la universidad (como trabajadores) es fundamental poseer las competencias que nos facilitan el uso de ellas. Así que, ¿porqué no empezar a relacionarse con ellas desde el pimer momento?
Además es obvio que todos conocemos las ventajas innumerables que poseen las tecnologías, por ello la universidad, tanto la presente como la del futuro, nos debe proporcionar y acercar su uso, para que así el trabajo de los estudiantes dé mas resultados y sea mucho más eficaz.
Todo esto quiere decir que las decisiones que conciernen a la vida universitaria no pueden ser dejadas a la improvisación y que es preciso organizar debidamente una institución que, como la universidad, responde a las necesidades de formación superior que requiere la sociedad, en este caso el uso y acercamiento de las nuevas tecnologías.
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